67+2

 

Herirme te fue fácil. Un año ya. ¡Ya ves!

Lamentas las noches al chat comiendo cualquier cosa, haciendo pausas para ir al baño y volver a empañar la pantalla. Los memes fueron la respuesta a mis plegarias. Cómo odié a esos machangos y las disculpas por dejarme, desconsolada, en visto, dos palomitas y tus buenas noches cada amanecida. ¿Qué no había tiempo?, Eterno -decías-, Pero si quieres empieza sin mí y ya lo hablamos otro día.

Y me fui al leer el mensaje que no era para mí.

“Bésame el chat, házmelo a la cámara y abrázame al final mientras deslizas tus dedos acariciando el teclado, metiéndole doble de filtro a tus poros y 1.2 al espaciado. Y ahora, envíame una fotografía que los abrazos y las sonrisas nos las repartimos otro día, pixel más o menos”

Y cuando por fin empezabas a olvidarme te preguntas qué estará haciendo a esta hora esta idiota. Juraría que vengarme, ahora que respiramos a medias, y solo para fastidiar alguien se rinde y ya lleva 67 poemas en los que no te incluye. Porque si escribe 2 más, te mata en cualquier estado a cualquier hora, un año después.

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