TANTOS DE BESOS

 


Le imagino de cerca -tan cerca- que huele a hombre y ya me sabe a hombre. Ni se lo imagina pero yo, dejo volar la imaginación y será perfecto, nada torpe e intenso. Será el beso por excelencia. El beso  suave, intenso y potente, con la más dulce de las fuerzas. Será el mejor de todos, el último de tantos de esos, el primero  que más deseo desde el último que ni recuerdo.

¿Y si no es el inolvidable o peor aún, es el que más recuerdo? << ¡Qué un mal beso no es negociable!>>

¿Y si cuando me acerque no encajo y si se va patas abajo y se hace una cuesta arriba, porque es un saco de babas o una lengua muerta o la peor de las salivas?

<< ¡Ay, que soy de arcada fácil y una mujer difícil, y me arrojo to´a! (disculpen pero hay expresiones que no merece rima)>>… ¡Buf…!

¿Y si la lengua se vuelve loca -y soy yo la que se equivoca-, y es el mejor de todos y luego se acaba? 

¿Y si me besa y prefiere mi frente y va de tipo decente cuando en realidad es un idiota?

¿Y si no quiere que yo quiera y cuando él quiera no quiero y es un nunca para siempre?

Veenga, a ver quién lo hace primero: o me besas y me matas, o te mato entre mis letras, que mi boca no sé, pero mis dedos cuando quieren son veneno entre las letras, y quizá después te arrepientes.

 Tú decides: si me besas y despierto o te beso y aciertas.

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